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Biografía de José Antonio Páez

José Antonio Páez (1790-1873), aguerrido militar venezolano, hombre de extraordinario valor y arrojo, pieza clave para el logro de la independencia de Venezuela, ganador de muchas batallas, algunas de manera sorprendente.

A pesar de sus muy pocos estudios iniciales logró adquirir sobre la marcha conocimientos de tácticas y estrategias militares que le llevaron a obtener grandes triunfos, la mayoría de ellos destacando la valentía con que los llevaba a cabo y a la reciedumbre de los llaneros que lo acompañaban.




Gracias a su gran valor se granjeó un liderazgo irrebatible entre los llaneros, quienes anteriormente se habían situado del lado de los españoles con el cruel José Tomas Boves a la cabeza. Después de la Guerra de Independencia incursionó en la política y debido a su gran prestigio llegó a ser presidente de la República en tres oportunidades.

Como el mismo lo confesara, muchos de sus errores políticos y de otra índole se debieron a su ignorancia, la que poco a poco dió paso a un hombre culto, que tocaba el piano, tradujo del francés una obra de Napoleón Bonaparte y escribió su autobiografía.

Nace en el pueblo de Curpa, cercana a la población de Acarigua, Estado Portuguesa el 13 de junio de 1790, siete años después de haber nacido el Libertador Simón Bolívar.

Se considera la segunda personalidad más importante para la independencia de Venezuela cuyo primer lugar lo ocupa, indiscutiblemente Bolívar.
Hijo de Juan Victorio Páez, trabajador de la industria del tabaco y María Violante Herrera. De pequeño recibió una educación muy precaria. En 1807, a los 17 años, cambió su vida cuando tuvo que huir por haber dado muerte a un asaltante que, junto a otros tres, pretendían despojarlo de doscientos pesos que llevaba para realizar una importante gestión que le había encomendado su madre en la población de Patio Grande, cercana de Cabudare, actual estado Lara. En esa oportunidad viajaba con dos desgastadas pistolas de bronce y una vieja espada.


Páez en su inexperiencia de la vida y en su ingenuidad había imprudentemente mostrado en una posada los doscientos pesos que llevaba, que representaban una inmensa cantidad en esa época, lo que llevó a los asaltantes a montarle una emboscada en el bosque de la montaña de Mayurupí.


Transitando por ese bosque al salirle los asaltantes, Páez, de un solo tiro mató al cabecilla y los otros tres se dieron a la fuga.

Creyendo Páez que la justicia lo haría padecer por este hecho decidió huir hacia los lados de Barinas donde se formaría como rígido llanero, aprendería las labores propias de un peón: ordeñar, cabalgar, arrear ganado, enlazar toros y domar caballos salvajes. Trabajó como peón en la Hacienda “La Calzada”. Allí lograría su vigor, robustez y fortaleza física. Ganaba tres pesos mensuales.
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Luego trabajó en el Hato “El Pagüey” en donde varió de oficio y se le encomendó la tarea de comprar y vender ganado. En 1809, a la edad de 19 años se casó con Dominga Ortiz, dueña de un hato en la población de Canaguá, llamada hoy Libertad, situada en el Estado Mérida.

A raíz de los hechos ocurridos en Caracas el 19 de abril de 1810, en la que se depone la autoridad española representada por Vicente Emparan, el rico ganadero Manuel Antonio Pulido organiza a sus peones y esclavos para entrenarlos como combatientes y ponerlos al servicio de la naciente República, ya que era de suponer que los españoles no iban a entregar tan fácilmente sus posesiones en América.

Pulido, que era dueño de las Haciendas “La Calzada” y “El Pagüey”, las mismas donde había trabajado Páez, reconociendo el temperamento de Páez, lo cree perfecto para dirigir a sus peones y lo manda a llamar para que lo ayudara en la conducción de sus combatientes y para que formara parte del mismo. Es asi como Páez integra las filas de ese escuadrón de caballería, hasta 1813 cuando solicitó se le diera de baja. Ya tenía el rango de sargento primero. La separación de la escuadra de Pulido duró poco. Volvió con su antiguo jefe y este le ordena atacar Canaguá.

Pasa el tiempo y luego vienen una serie de combates en los que Páez interviene con sus llaneros y a medida que va ganando va obteniendo grados militares. Su siguiente combate es en las Matas Guerrereñas donde fue ascendido a Capitán. Le prosigue el combate de los Estanques, la toma de Guasdualito, la batalla del Banco de Chire. El cruel Boves había muerto en la Batalla de Urica, lo que permitió a los llaneros que lo seguían poder unirse a Páez.


Después de la batalla de Mata de la Miel, ocurrida en 1816, ascendieron a Páez al grado de teniente coronel. Mata de la Miel es el comienzo de las verdaderas hazañas de Páez y la que da inicio a su fama ya que con solo 500 hombres derrota a 1800 españoles. Le siguen la batalla del paso El Frío. En septiembre de 1816 se realiza una asamblea de militares venezolanos y neogranadinos donde se le encarga a Páez la conducción de tropas de toda la llanura por lo cual lo ascienden a general de brigada.

En octubre se presenta la batalla de El Yagual y la de Mucuritas en enero de 1817 donde obtuvo una prodigiosa victoria. Páez contaba en Mucuritas con 1.100 hombres contra 4.000 españoles.


Acerca de la batalla de Mucuritas, el General español, Pablo Morillo, llamado el pacificador, al frente del mayor ejército que se enviara a la América por España, muy bien armado y con tropas altamente experimentadas en las batallas contra Napoleón Bonaparte, escribió lo siguiente: “…catorce cargas consecutivas sobre mis cansados batallones, me hicieron ver que aquellos hombres no eran una gavilla de cobardes poco numerosa como me habían informado, sino tropas que podían competir con las mejores de su majestad el Rey”.


En ese año de 1817 Páez libró los combates de San Fernando de Apure, el paso de Apurito, el paso de Utrera, Barinas y Apurito.

Para ese momento y a pesar de todas estas hazañas, Bolívar y Páez no se conocían. Dispuso Bolívar ir a los llanos a conocerlo y finalmente se vieron en el hato Cañafístola el 30 de enero de 1818. Páez hace que su ejército reconozca la autoridad de Bolívar y se unen las dos tropas de los dos jefes para conseguir juntos los objetivos contra el ejército español.

A este encuentro le siguen la Toma de las Flecheras, la batalla de Calabozo, el combate de la Uriosa y la batalla de El Sombrero, luego vino la batalla de Ortiz y la de Cojedes. El 20 de enero de 1819 es ascendido a general de división.

El 2 de abril de 1819 se produce el triunfo mas increíble y resonado de Páez, la portentosa victoria en la batalla de “Las Queseras del Medio”, la que lo catapulta a la fama de terrible vencedor de España, este “Centauro de los Llanos”, el “León de Payara” con solo 153 lanceros de su batallón “Bravos de Apure” derrota a 7.500 tropas españolas comandadas por el teniente coronel Narciso López.


Aunque nuestra lógica nos indique que esto sea imposible, basta leer la maravillosa estrategia usada por Páez para emboscar a los españoles para convencerse y admirarse de lo cierto y factible de esta batalla.


En esta grandiosa batalla Páez cuenta entre sus filas al intrépido y valeroso coronel Juan José Rondón, el mismo que posteriormente se inmortalizó en la batalla de Pantano de Vargas y que en un momento desesperado de la batalla por la libertad de Nueva Granada, Bolívar le dice: “Coronel, salve usted a la Patria” y el Coronel Rondón le responde lanzando la gloriosa frase: “Rondón no ha peleado todavía” para posteriormente intervenir con apenas catorce hombres y obtener la victoria.


También Páez contó entre sus filas en Las Queseras del Medio al muy valiente teniente Pedro Camejo, llamado “Negro Primero” que por su bravura tenía la su costumbre de ir en la primera fila en las batallas, ese que por su corpulencia sorprendió a Bolívar.

A decir verdad todos los combatientes criollos de esta gloriosa batalla debieron ser muy diestros y astutos porque solo murieron dos de las filas de Páez con seis heridos mientras que por el bando español hubo 400 muertos y el resto se puso en fuga. Al finalizar la batalla, Bolívar, que la estaba presenciado, condecoró con la Cruz de los Libertadores a Páez y a los 153 combatientes llaneros que la ganaron.

Con respecto a esta batalla, el escritor Eduardo Blanco escribe en su libro “Venezuela Heróica”, lo siguiente: “…la razón se resiste a creerlo, pero ahí está la historia, y la tradición, y los contemporáneos y el testimonio de Bolívar…”.


En mayo de ese año de 1819, Simón Bolívar ya había comprendido la necesidad de que Nueva Granada también fuera libre ya que eso representaba seguridad para Venezuela, además pensaba en la libertad de toda América. Por eso decide partir para Nueva Granada a liberarla mientras estaba estable la situación en Venezuela. Muchos llaneros lo siguieron pero Páez se quedó en Apure.

Llegado el año de 1821, el 10 de mayo, Páez que se encontraba en el pueblo apureño Achaguas, parte para Carabobo cumpliendo órdenes de Bolívar, no sin antes prometer que regalaría una imagen del Nazareno al pueblo de Achaguas si logran vencer en esa batalla tan importante. Promesa que cumplió y la que es hoy una de las imágenes mas famosa de Venezuela junto con la del “Nazareno de San Pablo” en Caracas. Para esa fecha del 10 de mayo iba al frente de dos mil quinientos combatientes, dos mil caballos de reserva y 4.000 reses para alimentar a la tropa.

Una vez incorporado al ejército libertador en San Carlos se terminó de planear la Batalla de Carabobo que se dio el 24 de junio de ese año de 1821. Páez era el comandante de la primera de las tres divisiones que vieron acción en Carabobo. La batalla se decidió rápidamente a favor de los patriotas y Páez fue ascendido en el mismo campo de batalla a General en Jefe.

En Carabobo murió uno de sus mejores hombres, el teniente Pedro Camejo, apodado “Negro Primero”. Un año mas tarde moriría otro de sus más grandes colaboradores, el coronel Juan José Rondón, en el combate de Sabana de la Guardia, cerca de Naguanagua, en la cual sufrió una herida en el tobillo que nunca sanó y al poco tiempo murió de tétano.

A pesar de Carabobo todavía quedaron resquicios de violencia en algunas partes. Entre 1821 y 1823 se libraron 54 combates, entre los que se cuentan la Batalla Naval del Lago el 24 de julio de 1823 y la última de todas, la toma del Castillo de Puerto Cabello, el 8 de noviembre de ese año 1823, acción planeada y ejecutada magistralmente por Páez y la que definitivamente derrotó a España, culminando con 325 años de colonialismo.

Llegó a ser Presidente de la República en tres oportunidades, en medio de un clima político convulsionado, después de una guerra que había dejado al país en ruinas y empobrecido, con la amenaza latente de una nueva invasión por parte de España, con enemistades en Bogotá y
muchos otros problemas internos.
Durante su mandato se produjo el movimiento “La Cosiata” que terminó separando a Venezuela de La Gran Colombia.

Mucho se ha hablado acerca de la desobediencia que Páez tuvo en ocasiones con Bolívar y mas aún se ha hablado de sus errores políticos, pero si se analizan todos los gobiernos que ha tenido Venezuela se verá que no hay políticos perfectos y es mas, puede asegurarse que la gran mayoría de los presidentes que ha tenido Venezuela después de Páez han sido sumamente torpes.

Por supuesto que los errores de los demás jamás puede tomarse a excusa para justificar los propios y claro que unos errores son peores que otros pero el movimiento denominado “La Cosiata” que llevó a Venezuela a separarse de La Gran Colombia fue mas una consecuencia de la maldad del Vicepresidente Santander que de los errores políticos de Páez.


Era natural que Páez se negara a ir a Bogotá cuando así lo solicitó el congreso para juzgarlo, ya que hacía nada habían fusilado al héroe venezolano Leonardo Infante por motivos fútiles. Pensemos más bien en todo el bien que sus hazañas nos trajeron a los venezolanos. Esa anhelada libertad después de mas de trescientos años de dominación española, el haber liderado a los llaneros venezolanos que anteriormente estaban en el bando contrario, al mando de un español que inclinó la balanza para la perdida de la segunda República.


Bolívar sabía que Páez era tremendamente necesario para la libertad de Venezuela. Fue el único de los tres generales que designó Bolívar para pelear en la Batalla de Carabobo que sobrevivió. Tal vez su sola presencia en Venezuela cuando Bolívar libertaba a las otras naciones suramericanas actuó de disuasivo para que España no enviara una nueva invasión a recuperar su colonia.


En el ocaso de su vida sus oponentes políticos en Venezuela reconocían la gran figura de Páez y por eso nunca fusilarían a un héroe de su talla y optaron por enviarle exiliado al extranjero donde recibió un sinnúmero de homenajes en muchos países ya que sus hazañas traspasaron las fronteras y que hicieron de este hombre uno de los grandes libertadores de Venezuela.

En el exilio en Nueva York acostumbraba a dar paseos a caballo, aún en las épocas de frío, lo cual le afectó su salud, contrajo neumonía y murió en Nueva York, el 6 de mayo de 1873, a los 83 años. Fue de los héroes que participaron en la Guerra de Independencia de Venezuela que mas vivió y de los pocos del que se conservan fotografías, varias de las cuales se encuentran en el Museo Bolivariano de Caracas.

Su poderoso valor fue plasmado con maestría en la gran novela histórica venezolana de todos los tiempos: “Venezuela Heróica”, del escritor Eduardo Blanco, novela con la cual quedó impresionado el Libertador de Cuba, José Martí. Los restos de este portentoso héroe se encuentran embalsamados y reposan en el Panteón Nacional desde el año 1888, donde un gran bloque de mármol blanco marca su tumba y se detalla la lista de las batallas que libró por la libertad de su amada Venezuela.



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